La irrupción de los «expertos» (es decir científicos varones) en lo que era un dominio femenino -el cuidado del hogar, la salud de la familia, el embarazo y el parto, etc.- ha sido el hecho social más destacado del último siglo y medio. La coartada de la «ciencia» sirvió para desalojar a las mujeres de ámbitos que tradicionalmente controlaban. A través de una documentación extensísima (que incluye desde revistas femeninas a discursos políticos, pasando por tratados de higiene) las autoras de este clásico de los «estudios de la mujer» desvelan una confrontación por el poder que todavía continúa. El texto de Erenreich y English es una denuncia del antagonismo histórico que supuso el enfrentamiento entre una larga tradición de medicina natural hecha por mujeres, por sanadoras sín títulos y matronas que entendieron los procesos del cuerpo femenino como algo natural que se debía solucionar con métodos naturales; frente a unos profesionales masculinos, los supuestamente "expertos" en el cuidado de la mujer, que elaboraron discursos sobre la conveniencia o no de la maternidad, en función de si interesaba que la mujer no abandonase su hábitat doméstico o, dependiendo del período de la historia americana, era preferible cambiar ese rol por la necesidad imperiosa de mano de obra femenina.