Cuando Luisa Carnés apenas había cumplido veinticuatro años, publicó Natacha (1930), su primera novela y la segunda obra editada. Llena de referencias autobiográficas y teñida de carga social, se inspira en la literatura rusa y sus referentes universales, como Gogól y Dostoievsky. Natacha supuso la irrupción en la narrativa española de comienzos de la década de 1930 de una escritora desconocida y con experiencia solo en trabajos no cualificados. En su mirada, cuyo foco estuvo siembre sobre las desigualdades que marcan la vida cotidiana;con especial énfasis en la vulnerabilidad de las mujeres;, Carnés abrazó el realismo a partir del análisis de la condición humana. La protagonista, una joven obrera ;Natacha o Natalia, personifica la injusticia social, y su historia contribuye a denunciarla. Con la misma fuerza argumental que Tea Rooms, Natacha nos acerca a los comienzos literarios de Luisa Carnés, a ese universo crudo donde la pobreza, la exclusión social y el desamparo dibujan la realidad.