Más que un retiro de verano, lo que Alex sufre en aquel chalé caprichoso es un ajetreo turbador: la arena, el oleaje, la madre entrometida, las cenas en familia y el tic tac de las horas impiden que se concentre en la ponencia que debe escribir antes de septiembre sobre el escritor judío Edmond Jabés y la cuestión de la identidad. El sentimiento de agitación desaparece, sin embargo, cuando llega su hermano acompañado de la chica , como la nombra su madre, una amiga, quizá su nueva pareja, con quien, a través de la lectura de la ponencia, encontrará algo más que una afinidad intelectual.nturas de Javier de Juan. El volumen se completa con las once gacelas y nueve casidas amorosas de sabor oriental que Lorca sentó en el diván del Tamarit, nombre de un huerto propiedad de un tío del poeta.