Por muchas máscaras y disfraces que usemos, la verdad de cada una siempre acaba asomando la patita por debajo de la puerta. Porque al final, por mucho que intentemos esconderlos, todos los calzones se secan al sol. Con una viñeta, Agustina Guerrero es capaz de plasmar la fragilidad y la chispa de un alma inconstante y sensible, la desesperación por un café que sentimos al despertarnos un lunes por la mañana, la inexplicable metamorfosis que sufrimos al conocer a nuestros futuros suegros o cómo enamorarnos puede convertir nuestra cabeza en una alocada pelota de golf que sale propulsada al espacio exterior.